martes, 27 de marzo de 2012

Como empezó todo Caridina Cantonensis "Crystal Red"

      Todo comenzó en el año 1993, en Japón. La aparición de la que hoy conocemos como "Red Crystal" se lo debemos al gran criador Sr. Hisayasu Suzuki, quien disponía de un pequeño restaurante, para el cual criaba determinadas variedades de gambas de agua dulce. Las criaba simplemente en el patio de su casa donde consiguió ver un gran descubrimiento. Hisayasu disponía de acuarios con una gran cantidad de Caridinas Cantonensis (blancas y negras, la variación que conocemos actualmente como "biene"), disponía de unos mil ejemplares, y de estos observó que uno de ellos nació un ejemplar rojo, todo un descubrimiento espectacular, debido que era un hecho fuera de lo común. Este ejemplar rojo que nació , por razones desconocidas murió pronto, pero cual fue su sorpresa, cuando tres generaciones posteriores a este ejemplar, volvieron a nacer otra vez rojos, pero en este caso eran tres ejemplares. Aprovechando que logró la supervivencia de estos tres ejemplares, comenzó un proceso de cruce para fijar el carácter rojo. Dicho cruce se llevó a cabo tanto con ellas mismas, como entre caridinas cantonensis ("biene"). Logrando sacar adelante una cantidad considerable de esta nueva gamba. Tras conseguir dicho éxito, no fue hasta 1996, tres años mas tarde, del primer ejemplar cuando bautizo dicho ejemplar con el nombre de "Red Cristal Shrimp"; Patentando dicho descubrimiento, como consecuencia de la aparición de una mutación recesiva roja de la caridina cantonensis, que producía que 1 de cada 1000 individuos que nacían fueran rojos. Por este motivo, en algunos lugares no la encontraremos como "Red Crystal Shrimp" (RCS), sino como Red Bee y otros nombres similares. Tras este descubrimiento y su divulgación, dichos ejemplares fueron tomando importancia primeramente en Japón, en el que muchos de criadores japoneses se interesaban por estos ejemplares, para llegar a conseguir nuevas muestras de colores. De Japón se empezaron a extender al resto de Asia (Corea, China, etc.…) y posteriormente al resto del mundo. Al principio del descubrimiento y su presentación en Japón, se pagaban unas cantidades astronómicas por dichos individuos, hasta llegar hoy en día, en el que cualquiera podemos disponer de algún ejemplar, por menos de 5 euros. Desde entonces este tipo de gamba ha ganado en popularidad y se ha producido en el un proceso de perfeccionamiento, tanto por el descubridor, como por distintos criadores repartidos por el mundo entero. Llegando a conseguir ejemplares con una mejora en el blanco y una intensificación del rojo

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